
Aceptar
Otros clientes también han comprado los productos de
Actualizaciones del autor
Hay un problema para cargar este menú.
Los enemigos del comercio I:
La aparición de la sociedad de consumo es un hecho muy reciente, precedido por dos milenios de modelos sociales hostiles a ella. Sin embargo, su éxito ha sido tan completo que unas pocas décadas han bastado para borrar no sólo muchas instituciones, sino hasta el recuerdo de sus alternativas morales y prácticas. Se nos ha olvidado, por ejemplo, que el fundador del cristianismo empezó y terminó su vida pública expulsando a mercaderes, e incluso que desde mediados del siglo XIX a finales del XX no hubo cuestión moral y política comparable al comunismo. ¿Quiere esto decir que hemos pasado página definitivamente?
Antonio Escohotado plantea la pregunta sin dogmatismo, repasando con lupa de entomólogo las situaciones y los argumentos opuestos al tipo de mundo en el que acabamos de instalarnos. Tras localizar el complejo que precipitó la idea del comercio como un mal infeccioso, pasa a describir sus altibajos desde la civilización grecorromana hasta el día de hoy. Este análisis supone compartir con el lector una larga peripecia, donde algo que ayuda a entender nuestros orígenes tiene también el color insuperable de lo real.
Los enemigos del comercio II:
Dentro de la trilogía proyectada sobre el origen y desarrollo del movimiento comunista, este segundo volumen confirma una investigación sin precedente en la bibliografía mundial. Ninguna historia del fenómeno ha añadido hasta ahora al debate ideológico el detalle de su contexto económico, la evolución de instituciones paralelas como el sindicato, la gran empresa, la propiedad defendida por derechos de autor o los distintos sistemas de seguridad social; ni tampoco perfilado lo singular de sus manifestaciones en Norteamérica, Inglaterra, Francia, España, Alemania y Rusia.
Siempre desde la fuente primaria en cada caso, Escohotado actualiza su objeto gracias también al torrente de datos introducido por Internet, que como una batería de cámaras múltiples acerca la crónica a una retransmisión. Abarcando el periodo álgido comprendido entre principios del siglo XIX y el nacimiento de la URSS, la tensión entre el modelo mesiánico y el democrático del socialismo permite extraer ya algunas conclusiones generales, sin perjuicio de que la investigación siga centrada en la meta de llevar hasta nuestros días una historia del comunismo aligerada de lagunas, malentendidos y sesgos.
Con la neutralidad valorativa como norte, el autor ofrece un amplio análisis de resultados imprevistos, fruto de dinámicas impersonales y complejas, así como medio centenar de biografías más o menos breves sobre sus principales actores: ideólogos, activistas, gobernantes, sabios y empresarios.
Los enemigos del comercio III:
Dentro de la trilogía proyectada sobre el origen y desarrollo del movimiento comunista, este último volumen confirma una investigación sin precedentes en la bibliografía mundial.
Ninguna historia del fenómeno ha añadido hasta ahora al debate ideológico el detalle de su contexto económico, la evolución de instituciones paralelas como el sindicato, la gran empresa, la propiedad defendida por derechos de autor o los distintos sistemas de seguridad soc
Dentro de la trilogía proyectada sobre el origen y desarrollo del movimiento comunista, este segundo volumen confirma una investigación sin precedente en la bibliografía mundial. Ninguna historia del fenómeno ha añadido hasta ahora al debate ideológico el detalle de su contexto económico, la evolución de instituciones paralelas como el sindicato, la gran empresa, la propiedad defendida por derechos de autor o los distintos sistemas de seguridad social; ni tampoco perfilado lo singular de sus manifestaciones en Norteamérica, Inglaterra, Francia, España, Alemania y Rusia.
Siempre desde la fuente primaria en cada caso, Escohotado actualiza su objeto gracias también al torrente de datos introducido por Internet, que como una batería de cámaras múltiples acerca la crónica a una retransmisión. Abarcando el periodo álgido comprendido entre principios del siglo XIX y el nacimiento de la URSS, la tensión entre el modelo mesiánico y el democrático del socialismo permite extraer ya algunas conclusiones generales, sin perjuicio de que la investigación siga centrada en la meta de llevar hasta nuestros días una historia del comunismo aligerada de lagunas, malentendidos y sesgos.
Con la neutralidad valorativa como norte, el autor ofrece un amplio análisis de resultados imprevistos, fruto de dinámicas impersonales y complejas, así como medio centenar de biografías más o menos breves sobre sus principales actores: ideólogos, activistas, gobernantes, sabios y empresarios.
La aparición de la sociedad de consumo es un hecho muy reciente, precedido por dos milenios de modelos sociales hostiles a ella. Sin embargo, su éxito ha sido tan completo que unas pocas décadas han bastado para borrar no sólo muchas instituciones, sino hasta el recuerdo de sus alternativas morales y prácticas. Se nos ha olvidado, por ejemplo, que el fundador del cristianismo empezó y terminó su vida pública expulsando a mercaderes, e incluso que desde mediados del siglo XIX a finales del XX no hubo cuestión moral y política comparable al comunismo. ¿Quiere esto decir que hemos pasado página definitivamente?
Antonio Escohotado plantea la pregunta sin dogmatismo, repasando con lupa de entomólogo las situaciones y los argumentos opuestos al tipo de mundo en el que acabamos de instalarnos. Tras localizar el complejo que precipitó la idea del comercio como un mal infeccioso, pasa a describir sus altibajos desde la civilización grecorromana hasta el día de hoy. Este análisis supone compartir con el lector una larga peripecia, donde algo que ayuda a entender nuestros orígenes tiene también el color insuperable de lo real.
Los enemigos del comercio ofrece la primera historia completa del comunismo, que al ir contextualizando sus etapas expone la evolución paralela del individualismo y el pensamiento liberal.
Dentro de la trilogía proyectada sobre el origen y desarrollo del movimiento comunista, este último volumen confirma una investigación sin precedentes en la bibliografía mundial.
Ninguna historia del fenómeno ha añadido hasta ahora al debate ideológico el detalle de su contexto económico, la evolución de instituciones paralelas como el sindicato, la gran empresa, la propiedad defendida por derechos de autor o los distintos sistemas de seguridad social.
Si en el volumen I se analizaba su desarrollo hasta la Revolución francesa, y en el volumen II los hechos ocurridos hasta los primeros años del siglo xx, este tercero trata del ascenso de Lenin hasta los últimos movimientos comunistas surgidos en el mundo tras la caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS.
«A diferencia del llamado a confirmar, el llamado a investigar sabe por dónde empieza aunque no dónde terminará. En este caso, la pesquisa sobre Grecia llevó a repensar la relación entre filosofía y religión, porque el cristianismo pudo ser una ética y hasta una ontología impecable; pero se convirtió en el primer culto ecuménico coactivo. La evolución del mundo griego precisa hasta qué punto el cristianismo partió de sus logros y valores, sin perjuicio de alienarlos a continuación. Lo comprendido entre el 500 a. C. y el 500 no solo ilumina el milenio medieval, sino un deslinde entre información y ruido que el progreso técnico agudiza.»
[Fragmento del libro] Hay trece horas de avión por delante, desde el ascua de luz parisina que vamos dejando atrás hasta los paisajes ignorados de Tailandia. Llevo el corazón muy maltrecho. Hace medio año me separé de una mujer a quien había prometido no dejar nunca. Antes de confesarle que hice un hijo con otra huyo a la cara opuesta del mundo, para no asistir al dolor causado por la confesión en mi antigua casa, un dolor que me resulta insufrible, desmedido, monstruoso. Tengo razones para romper ese matrimonio, desde luego, pero nada cambiará que podía haberme sacrificado y no lo hice. Es algo que repite el ánimo cada mañana cuando despierto, percibiendo el atardecer avanzado de la vida como una navegación diametralmente distinta de la previa. Siempre recorrí el filo de la navaja, guardado por una alegría estoica que repartía suerte en los peores percances. La propia estima quedó enganchada al dar el último salto, y ahora toca seguir con pasiones que gobiernan mezquinamente, como el metabolismo.
Con su mirada sombría y realista, Leviatán se ha convertido en uno de los textos más importantes para entender la política occidental. Escrito en un tiempo convulso, durante la guerra civil inglesa, expone con crudeza la naturaleza del ser humano: egoísta, competitiva y siempre temerosa del mayor de los males, la muerte violenta.
En su estado natural, opina Hobbes, los hombres vivían en una condición anárquica, una guerra de todos contra todos por la supervivencia, sin una clara distinción entre la justicia y la injusticia. La vida, en esa situación primigenia, es «solitaria, pobre, desagradable, salvaje y corta», según la célebre formulación de Hobbes.
Pero, ¿qué permite al ser humano escapar de ese estado de desesperación? Un soberano poderoso, el Leviatán, cuyo gobierno sea consentido por la mayoría de los individuos, que le ceden parte de sus derechos y asumen su autoridad. El soberano puede ser un individuo (la fórmula predilecta de Hobbes es la monarquía) o una asamblea de individuos (un Parlamento), pero en cualquier caso el fin de su poder es acabar con la violencia ininterrumpida. La autoridad debe imponer un miedo que aplaque los peores instintos de los hombres y haga que estos teman el castigo debido al mal comportamiento.
La visión del mundo de Hobbes sorprendió a sus contemporáneos, su obra fue quemada en público y acusada de blasfemia. Pero su rechazo a percepciones más optimistas sobre el ser humano y la finalidad del poder dio paso al pensamiento político moderno y, siguiendo la tradición inaugurada por Maquiavelo, nos retó a ver las cosas tal como son, no como nos gustaría que fueran.
[Fragmento del libro] El señor requiere cosas del mundo, pero no entra en relación con sus penurias sino a través del siervo, que se ocupa de transformarlo antes. El psiquismo humano depende de aportaciones externas, pero no toca esas materias sino a través del cuerpo, que las metaboliza previamente. Con todo, algunas moléculas no se transforman en nutrición y provocan de modo directo un tono anímico. Desde ojos cartesianos, son modalidades de cosa extensa que incumplen la regla e influyen sobre la cosa pensante. A caballo entre lo material y lo inmaterial, lo milagroso y lo prosaico, por el juego de un mecanismo puramente químico «ciertas sustancias permiten al hombre dar a las sensaciones ordinarias de la vida y a su manera de querer y pensar una forma desacostumbrada». Aunque el efecto solo resulte parcial y pasajero, engañoso, aunque nada sea gratis, la posibilidad de afectar el ánimo con un trozo de cosa tangible asegura ampliamente su propia perpetuación. Para los seres humanos comer, dormir, moverse y hacer cosas semejantes resulta inesencial (cuando no imposible) en estados como el duelo por la pérdida de un ser querido, el temor intenso, la sensación de fracaso y hasta la simple curiosidad. En ello se manifiesta la superioridad del espíritu sobre sus condiciones de existencia; y en poder afectar los ánimos mismos reside lo esencial de algunos fármacos: potenciando momentáneamente la serenidad, la energía y la percepción permiten reducir del mismo modo la aflicción, la apatía y la rutina psíquica. Esto explica que desde el origen de los tiempos se hayan considerado un don divino, de naturaleza fundamentalmente mágica.
- ←Página anterior
- 1
- 2
- Página siguiente→